Confinamiento en piso tutelado

CASA: Es nuestro lugar de convivencia, vivimos mis cinco compañeros y yo compartiendo un espacio relativamente reducido para todos pero que se torna grande porque estamos bien avenidos. 

CONVIVENCIA: esencial para todos hoy en día, un mayor aislamiento, repentino, algo brutal entre vecinos y desconocidos contrastado con un vínculo más estrecho con aquellos con los que compartes tu espacio vital más íntimo, tu propio hogar.

ENCIERRO: un espacio físico y psicológico. El segundo lo tenemos bastante controlado, aunque no exento de sufrimiento, sin duda. Todos aquí hemos estado encerrados con anterioridad en psiquiátricos o centros penitenciarios, ahora, esto parece un camino más llevadero pues es una experiencia diferente. 

DOCUMENTOS: como persona considerada por mi diagnóstico como discapacitado dispongo de un papel firmado por mi psiquiatra para salir a pasear. Lo considero algo útil pero apenas lo uso. No quiero correr más riesgo de contagio y solo salgo para las compras y poco más. No me considero diferente al resto de la población que no padece una discapacidad.  Luchar contra la autoestigmatización es clave para la recuperación real. No busco ser normal, pero me niego a ser inferior a la normalidad, que es un ideal que todos persiguen y nadie consigue porque es un espejismo.

MIEDO: miedo de los trabajadores  sociales y psicólogos que nos acompañan ante cómo íbamos a afrontar este encierro, pero tal miedo quedó disipado a los pocos días: lo llevamos mejor que otras personas sin trastorno de salud mental. 

ESPERANZA: aunque nuestras vidas puedan parecer grises, y sin duda lo son a menudo como la de cualquiera, todos vemos una lucecita en nuestro interior en estos días, cuando todo parece que nos aboca a la oscuridad. Es una reacción natural que los cínicos verían como inesperada.

BALCÓN: desde la puerta o desde la ventana, escuchamos y participamos de vez en cuando con los aplausos y los cantos que nos llegan desde la calle, aquí en el barrio del Cabañal de Valencia, un vecindario tradicional cercano a la playa y al puerto. Un barrio humilde que va creciendo y corre el riesgo de cambiar demasiado, ante la llegada de mucha gente nueva. Aquí no se abuchea a nadie.

TELEVISIÓN: ella nos trae las noticias sobre el coronavirus las 24 horas, con grave peligro para la salud mental …de todos. ¡Preferimos ver películas y series, lo malo únicamente lo digerimos durante la cena y poco más. Un exceso de información provoca desequilibrios mentales a cualquiera, no solo a nosotros. Todos somos grupo de riesgo en esto.

ORDENADOR: mi portátil es literalmente mi salvación diaria. De normal escribo mis relatos para mi futuro libro en lugares concurridos como cafés, tengo mis preferidos en los que me he hecho amigo de los dueños, así que inicié con profunda incertidumbre la escritura los primeros días encerrado en mi propio hogar. Pero ya superé esa barrera invisible que nos impone la mente en situaciones como esta. Escribo bien, incluso mejor si cabe, y a veces solo en la habitación pero las más en el salón donde comparto espacio con mis compañeros. Ahora misma estamos todos aquí, yo escribiendo y algunos viendo una película.

PAPEL: es el soporte físico que todavía no es real para mis relatos, pero sí para mis dibujos. He retomado la pintura a color sin salirme de mi estilo. El encierro potencia determinadas facetas que tu psique en la rutina normal oculta y que de una manera, crítica o natural salen y debe ser así.

JUEGOS DE MESA: son una excusa para pasar un rato juntos, no soy muy amigo de ellos pero estos días he participado en unas partidas de parchís, un par de bingos y un juego de dados para contar historias. Estos son elementos aparentemente banales pero muy útiles para sobrellevar mejor la situación. Lo pequeño hoy se vuelve grande.

COCINA: un refugio. La ansiedad, que todos llevamos muy bien, nos hace prestarle atención a algunas cosas cotidianas que antes pasábamos por alto, como el comer. Si de normal nos preocupamos de cocinar bien- cada uno cocina  para todos-estos días le ponemos aún más interés. Hoy me he pasado la mañana en la cocina removiendo la olla y escuchando música-y escribiendo esto- para conseguir unas lentejas inolvidables. Todos agradecemos el esfuerzo de los demás.

PSIQUIATRIA: estos días he acudido a mi psiquiatra un par de veces, le agradezco su interés por concertarme citas presenciales cuando muchas se dan por teléfono y me han venido muy bien porque me he sentido apreciado por todos en estas circunstancias.

 

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