En muchas de las inciciativas autogestionadas que existen en Carabanchel, no pasará demasiado tiempo hasta que escuches un par de palabras que van siempre juntas: apoyo mutuo. Y es grande cuando se da entre las personas de cada espacio, pero lo es mucho más cuando las paredes de esos espacios se diluyen y se da entre colectivos afines carabancheleros. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de APOYO MUTUO?
El apoyo mutuo es parte del procomún y del cooperativismo. Utilizado para sobrevivir y escapar del sistema capitalista.
El apoyo mutuo está en contraposición al individualismo y a la competicion. Es tener fe ciega en que no estás solx. Son relaciones bidireccionales en las que no hay quien da y quien recibe, son relaciones entre iguales, horizontales, en las que aprendemos, enseñamos y colaboramos unxs con otrxs.
Sobre todo es la ausencia de EGO, la ausencia de la lucha de EGOS. Lo intentamos, aunque no siempre sale; el sistema capitalista ha hecho tan bien su trabajo que los EGOS siguen saliendo, a veces sin que nos demos cuenta. Pero lo intentamos, y lo primero es ser consciente de qué es lo que acaba con el apoyo mutuo.
¿Y por qué hablamos ahora del apoyo mutuo? ¿Es algo nuevo? Ni mucho menos, es tan viejo como los grupos de personas: el apoyo mutuo es lo que hacemos en nuestras familias y con nuestras amistades más íntimas: ayudarnos sin esperar que nos devuelvan el favor. Aunque sí esperamos una reciprocidad: cuando yo lo necesite, sé que ellxs también estarán ahí para echarme un cable. Lo que queremos ahora es extender este tipo de ayuda y reciprocidad a muchas más personas y colectivos. Nos llevaremos algún palo que otro, sí (quién no se lo lleva de vez en cuando también con su familia y amigos, para luego volver poco a poco a recobrar la confianza), pero queremos que este modelo sea la base para relacionarnos con otras personas con las que compartimos espacios y proyectos politicos, sociales y económicos.
Y si hablamos ahora del apoyo mutuo es porque muchxs tenemos la intuición de que es clave para desembarazarnos de unas entidades centrales que supuestamente deberían redistribuir los recursos y protegernos de los peligros de la vida, pero que en realidad vemos que sirven mayormente para concentrar los recursos y el poder en unas pocas manos, las mismas de siempre.
(ver todas las entradas relacionadas con economía)
(ver todas las entradas relacionadas con movimientos)
(ver todas las entradas del Diccionario de las Periferias)