Diccionario de las periferias: Insectos de barrio

Cucarachas: 
1. De Pan Bendito a la Moraleja, las cucarachas cumplen un esencial papel de igualador social entre Carabanchel y sus vecinos ricos del norte y el oeste, cohesionando la ciudad y borrando las fronteras entre periferia y metrópoli. De Pan Bendito a Las Rozas, sea dentro de nuestras casas gran parte del año o en calles y parques en primavera y verano, son un elemento común a todo Madrid y alrededores. En el Hospital Gómez Ulla es sorprendente los cientos que se ven paseando por la noche cerca de los muros que dan a Vía Carpetana, pero el mismo problema sufren pudientes chalets de Pozuelo o la burguesa Chamberí por el perímetro del Canal de Isabel II. Esta es la especie más castiza, «la de toda la vida», la Blatta Orientalis: grandota, negra y aplanada, la «cucaracha del viejo mundo», porque pese a su nombre, nos guste o no, es nativa de Europa.

2. La especie más común hoy en día, la Blatella Germánica (pequeña, fina y marronácea), pasa sin piedad de un piso a otro en las comunidades de vecinos. Los técnicos que se encargan de su control escuchan cada día la misma explicación acerca de como empezó el problema: «desde que llegaron los ecuatorianos al primero», «la trajeron los rumanos», «la culpa fue de los dominicanos de abajo»… Inmigración, plagas y las subsiguientes desgracias para los españoles de toda la vida conforman la narrativa en términos de invasión que explica el origen del problema para gran parte de los afectados locales. De hecho, lo normal es que sea llamada «cucaracha americana» (otra especie que nada tiene que ver), por asociación directa con los nuevos vecinos de la comunidad, en vez de «alemana», su traducción correcta. Pero eso sonaría a limpio, pudiente y eficaz, algo poco intuitivo para tan molesto problema y desde luego poco útil para estigmatizar y equiparar a lo  que, en ciertos imaginarios colectivos bastante propagados en nuestros barrios, está en el origen de tanta crisis y problemas.

Mariposa:
1. Dícese, en Carabanchel y muchas otras periferias, de insecto punzante de alas de acero, que tiende a desplazar sus extremidades, de manera elegante y coordinada (aprendida en la adolescencia en tardes y tardes de parque o descampado), desde la mano de su dueño hasta punzar su objetivo final. En las plazas y soportales, en la salida de los institutos, en el banco con los pitbulls, los chavales gustan de rivalizar en habilidad para sacarla y hacerla volar lo más rápida y ágilmente posible, con su característico repiqueteo metálico.

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