«Dicen que para pasar con el confinamiento sin perder salud mental hay que seguir una rutina, una cierta normalidad. En mi caso no ha sido difícil ya que estaba opositando antes de que todo esto comenzase. La vida de la opositora se resume en pasar horas estudiando sin saber muy bien para qué examen ni en qué fecha así que mi vida no ha sufrido un gran cambio. La gran diferencia ha sido sustituir el deporte en equipo por los entrenamientos en casa así como hacer videollamadas en vez de quedar con mi gente.
También dicen que es importante romper la rutina los fines de semana, hacer algo diferente. En mi casa, decidimos hacer torrijas el sábado anterior a la semana santa. Por supuesto, repetimos al sábado siguiente ya que las torrijas van de la mano con el Sábado Santo. Nos salieron muy buenas y nos sobró pan por lo que decidimos repetirlas una semana después. Si todos los sábados preparas torrijas, ¿se convierte en rutina o es la actividad que rompe la monotonía?»