Nuestro reportero de flora silvestre en el confinamiento olvidó mandarle un ramito de violetas a su madre como cada 9 de noviembre, sin tarjeta.
Así que el pasado domingo 1 de mayo cogió su bicicleta y se dirigió Carabancheleando las periferias, rumbo a los descampados de la calle Antonio Leyva, que tenía fichados, y sabía que estaban desbordados de vegetación espontánea.
Por supuesto, había descartado llamar a Amazon.com para encargar un hermoso ramito de Violetas. Quería un ramito cuidado con mimo y justicia social en toda su cadena de producción y distribución.
El descampado de Antonio Leyva era la mejor opción: Emisiones cero y biodiversidad. Cortó un ramillete de malvas y margaritas, montó en su velocípedo y llegó hasta el domicilio de su madre.
El malva es el nuevo violeta.