(ver estigmas, miedo, barrio bajero, policía)
Mala fama: Sustancia invisible pero no por ello inexistente y, por supuesto, nada inocua. Puede surgir en determinadas calles y barrios, siempre en forma de acompañante incómodo de la pobreza y las dificultades para el vivir, pero termina asociándose a todo el distrito. La existencia de prisiones y sus historias, de vertederos con sus olores, descampados, chabolas y heroína conforman buena parte del relato del miedo que llega aún a los que nunca pisaron las calles del lugar. Lejos de ser sólo un lastre para sus habitantes, la mala fama y sus temores son de gran utilidad para los experimentos de seguridad y orden, que encuentran en ella legitimidad y gran margen de maniobra. Sirve, por lo demás, para señalar a gentes, supuestamente de mal vivir, censurar vidas y establecer tediosos círculos viciosos de marginación y abandono. En algunos rincones termina por solidificar y adherirse a las calles, casas y personas. La mala fama, por último, no sólo es producto de actividades delictivas y sucesos truculentos; también lo es de la sobrepresencia asistencial, de la circularidad generacional de la pobreza y del abandono de los espacios comunes.
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