A modo de despedida de verano os dejamos un apertivo de una nueva iniciativa de carabancheleando, construir un diccionario sobre las periferias. Definiciones subjetivas sobre aquellos términos que pensamos forman parte del imaginario periférico: banco, barrio, descampado,asociación, choni, canutos, litrona… estigma, miedo, policía…. crisis, desahucio, ivima….colegas, tutto… y muchas otras.
Aquí va la primera!
BARRIONALISMO

(Antónimo: barriobajero o barrio bajo)
“Sí señor, Satánico y de Carabanchel” (cfr. Satánico y de Carabanchel) afirmaba en la mítica película “El Día de la Bestia” un heavy carabanchelero de pro, justo de ese mismo barrio (pero con k) al que el colectivo SlumWear se refieren con orgullo como la “Universidad de la Calle”. Vallekas Mola es lo que rezan muchas pegatinas adheridas a cristales de coches que, un día al año, ceden su espacio a piratas que celebran que Vallekas es Puerto de Mar (los bukaneros del Rayo descansan en agosto). Igual de veloces se agotaron en las fiestas del barrio las camisetas que en todos los colores imaginables reclamaban que “Aluche is not Spain”. Cerca, Black Bee le canta a su Villaverde City “el barrio de los quinquis, porque somos quinquis”, mientras que el mismo distrito, otra crew de San Cristóbal (Skylee Crew) invita a la “Hood Nation, (a) alzar la mano cabrón: Defiende tu barrio y demuestra tu son”.
Barrionalismo es eso y mucho más. Es el sentimiento de orgullo y pertenencia con el que muchos de los habitantes de las periferias responden a la estigmatización y marginación que sufren sus barrios. Funciona como un punto fuerte de identidad y de construcción de una experiencia común: el barrio es ese lugar donde todo el mundo se reconoce, habla el mismo idioma, donde todos tienen problemas parecidos, independientemente del lugar del que procedan, donde es posible hacer comunidad y pelear juntos por un mundo mejor. Y eso, bien merece alzar la cabeza, a pesar de que la desigualdad se palpe en cada esquina de estos barrios bajos (cfr. barriobajero). El Barrio con mayúsculas: donde vive “mi peña”, cuna de resistencias, territorio de vida y lema… lugar en el que quedarse “aunque me haga rico”.
A veces, sin embargo, este sentimiento barrionalista se torna peligrosamente excluyente: sucede cuando, como en todo nacionalismo, se exige pureza de sangre para poder reclamar ese sentimiento de pertenencia (¿puede un migrante ser barrionalista? ¿cuántas pruebas se requieren para demostrar ser un carabanchelero legítimo?); o cuando, nuevamente al igual que en demasiados “ismos”, se idealiza una historia, una época dorada del pasado que se contrasta con un presente degradado por culpa de algunos de los nuevos habitantes. Aquí el barrionalismo deja de ser prometedor y se convierte en más de lo mismo.
(ver todas las entradas del diccionario de las periferias)
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