Diccionario de las Periferias: Poblado

caño roto

Poblado: conjunto de edificios y espacios habitados.

Efectivamente eso son los Poblados Mínimo, Dirigido y de Absorción de Caño Roto. ¿Entonces por qué uno se llama Mínimo, otro Dirigido y otro de Absorción?

El nombre proviene del momento histórico de su fundación, para qué y cómo se diseñaron. Los tres responden a la necesidad de proporcionar alojamiento a los campesinos que desde el campo emigraban a la ciudad, mayoritariamente para con su trabajo ayudar a construir otra ciudad, la de la clase media, la de los que ya podía permitirse comprar una vivienda, pero también para los trabajadores de la ciudad con menos recursos.

Imaginemos Madrid en los cuarenta, destruido por la guerra. Casualmente o no, los barrios populares resultaron arrasados. Más de hecho los Carabancheles, que fueron un barrio heroico en la defensa de Madrid: solo así se puede explicar el ensañamiento de los vencedores, que por ahí más o menos rompen el frente y penetran en Madrid ganando la guerra. Chabolas, ya debían de existir muchas, pero es de suponer que durante la guerra se construirían más, para sustituir las casas destruidas por los bombardeos y alojar a muchos de los desplazados de la guerra. Algunos de estos continuarían su camino hacia zonas más seguras: el Levante y Andalucía Oriental (como mi padre… y vuestros padres y abuelos, ¿dónde pasaron la guerra?). Pero otros quedaron aquí.

Después de una guerra un país empobrecido tiene que hacer frente a la reconstrucción de muchas viviendas, y la construcción de otras nuevas para sustituir a las destruidas y resolver así el alojamiento de las familias de los trabajadores. El nuevo gobierno crea entonces la Dirección General de Regiones Devastadas. A la vez la ciudad también tiene otras instituciones que velan por un crecimiento ordenado de los barrios y por el control de los asentamientos chabolistas (¡qué pesada ha sido siempre la gente queriendo dormir bajo techo!), por ejemplo, el Plan General de Ordenación Urbana (¿os suena verdad? Cada cierto tiempo se redacta uno, se discute, se presentan alegaciones…). El Ensanche de Barcelona, el Barrio de Salamanca y Ciudad Lineal en Madrid podrían ser otros ejemplos de pequeños planes de ordenación urbana, antecedentes del Plan General de Ordenación de Madrid de 1946. Iniciado en 1941, justo después de la guerra, se considera el primer plan general de ordenación urbana de Madrid. En este plan ya aparecen cinturones verdes, industriales, de servicios y cuñas verdes (¿nos sigue sonando, verdad? La mayoría se fueron al traste por la manía de la gente de construir en el espacio público). También están ahí ya nuestros poblados, junto a la clasificación del suelo para diferentes usos.

Pero las administraciones no serán muy eficientes en el cumplimiento del plan. Hasta que en 1954 Luis Valero se hace cargo del Instituto Nacional de la Vivienda y junto a Julián Laguna, en la Comisaría de Ordenación Urbana de Madrid, diseñan un plan que, entre otras cosas, para resolver el problema de la vivienda modesta y su salubridad incluye la creación de Poblados de Absorción, destinados a reagrupar la población de las viviendas diseminadas y con malas condiciones constructivas; Poblados Dirigidos, en los que se trata de canalizar el potencial humano de constructores de su propia vivienda, evitando la costumbre de edificar anárquicamente o en terrenos no aptos; y Poblados Mínimos de Absorción, que son prácticamente como los de Absorción, pero más económicos, con una sola altura sin patio, por ejemplo.

En el año 1955 se inicia la construcción de los 8 primeros: Canillas, San Fermín, Caño Roto, Villaverde, Pan Bendito, Zofio y dos en Fuencarral. En 1956 Manoteras, La Elipa, Vallecas, Entrevías, dos en San Blas, segunda fase de San Fermín, Juan Tornero y General Ricardos. Una vez realizada la construcción de estos primeros poblados, gracias a la superficie liberada y la experiencia acumulada se inicia el proyecto de los Poblados Dirigidos, basados en la autoconstrucción. En 1956 Entrevías, Fuencarral, Canillas, Caño Roto y Orcasitas. Al año siguiente, Manoteras; y el último, Almendrales. Para abaratar costes se recurre a créditos de baja cuota y por 50 años (que como se ve no son un invento de la reciente burbuja inmobiliaria), y a la redención en metálico (vamos, pagar) o a la prestación personal: trabajo realizado normalmente los fines de semana, por lo que también se llama a estas casas las domingueras. Para ello se crearon unos gabinetes técnicos que dirigían el trabajo a pie de obra, incluyendo arquitectos como Oiza, Romaní, Cubillo, Sierra, Alvear, Íñiguez de Onzoño, Vázquez de Castro, Carvajal, Corrales, Molezún y García de Paredes, entre otros. Este sistema creó una estrecha colaboración entre arquitectos y usuarios, algo que no es habitual y que gustó mucho a los implicados.

La verdad es que en la mayoría de los casos poco queda de estos poblados y lo que resta  está escondido debajo de remodelaciones o rehabilitaciones.

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Ver relato del paseo por Caño Roto #carabancheleando II: estigmas

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